Dar medicamentos a los niños puede convertirse en un verdadero desafío, especialmente cuando son pequeños. Para muchas mamás, este proceso genera frustración y ansiedad, ya que no es fácil convencer a un niño de tomar algo que no le gusta. A continuación, abordaremos las preguntas más frecuentes y te daremos consejos útiles para facilitar esta tarea.

¿Cómo dar medicamentos a los niños que no quieren?
Si tu hijo se niega a tomar el medicamento, lo primero es mantener la calma. Los niños, especialmente los pequeños, pueden captar tu ansiedad y volverse aún más reacios a cooperar. Aquí algunos consejos para lograr que tome la medicina:
- Explica con cariño: Aunque es pequeño, trata de explicarle por qué necesita el medicamento. Usa un lenguaje sencillo como “Esto te ayudará a sentirte mejor”.
- Utiliza un gotero o jeringa: Estos utensilios son más eficaces que las cucharas, ya que puedes dirigir el medicamento hacia el interior de la mejilla, lo que reduce el riesgo de que lo escupa.
- Disfraza el sabor: Pregunta a tu pediatra si puedes mezclar el medicamento con un poco de jugo, yogur o compota. ¡A veces, un pequeño truco de sabor funciona!
- Hazlo divertido: Convierte la toma de medicamentos en un “juego” o usa recompensas pequeñas para motivarlo, como pegatinas o elogios.
¿Cómo darle medicina a un niño que la escupe?
Muchos niños pueden rechazar la medicina escupiéndola, lo que puede ser frustrante. Aquí algunos trucos que pueden ayudarte:
- Usa una jeringa en pequeñas cantidades: Si le das el medicamento en pequeñas dosis, es más difícil que lo escupa. Apunta la jeringa hacia el interior de la mejilla, donde es más complicado que lo devuelva.
- Mantén su cabeza erguida: Asegúrate de que esté sentado derecho y ligeramente inclinado hacia adelante. Esto facilita que trague y reduce las probabilidades de escupir.
- Distrae su atención: Mantén una distracción, como un juguete, un video o una canción que le guste, para que no esté completamente concentrado en el sabor del medicamento.

¿Cómo dar antibiótico a un niño sin que vomite?
El sabor y la textura de algunos antibióticos pueden provocar náuseas o vómitos en los niños. Sigue estos consejos para minimizar las probabilidades de que vomite la medicina:
- Dale algo ligero antes del medicamento: Un pequeño snack, como una tostada o un poco de fruta, puede asentar su estómago antes de tomar el antibiótico.
- Espacia las dosis después de las comidas: Darle el medicamento justo después de una comida pesada puede aumentar las probabilidades de que lo vomite. Espera unos 20-30 minutos después de la comida.
- Divide las dosis: Consulta con el médico si es posible dividir las dosis en cantidades más pequeñas que pueda tolerar mejor.
- Evita movimientos bruscos: Después de darle el antibiótico, mantén a tu hijo tranquilo durante unos minutos para que el medicamento tenga tiempo de ser absorbido.
Si tu hijo vomita la medicina justo después de tomarla, es esencial seguir algunos pasos para evitar que esto ocurra nuevamente:
- Espera un poco: Si tu hijo ha vomitado, no le des otra dosis de inmediato. Consulta con su pediatra cuánto tiempo esperar antes de intentarlo de nuevo.
- Cambia el sabor: Algunos medicamentos vienen en diferentes sabores. Pregunta al farmacéutico si es posible cambiar la presentación.
- Usa una jeringa de medicación: Así puedes administrar pequeñas cantidades más controladas, lo que facilita que el niño no sienta náuseas.
- Dale la medicina lentamente: Dar el medicamento poco a poco permite que lo tolere mejor.

Tips y consejos para hacer esta tarea más fácil
- Consulta al pediatra: Antes de mezclar el medicamento con alimentos o bebidas, siempre consulta al pediatra para asegurarte de que no afecte la efectividad del tratamiento.
- Recompensas positivas: Elogia a tu hijo por cooperar, incluso si la tarea fue difícil. Esto puede motivarlo a ser más receptivo en el futuro.
- Crea una rutina: Si el niño debe tomar medicamentos por varios días, trata de hacerlo siempre a la misma hora, en un ambiente tranquilo.
Conclusión
Dar medicamentos a los niños puede ser una tarea complicada, pero con paciencia, herramientas adecuadas y algunos trucos, es posible hacer que el proceso sea más fácil tanto para ti como para tu pequeño. Recuerda siempre consultar al pediatra si tienes dudas sobre la dosis o la administración del medicamento.
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