Niños y pantallas: ¿Cómo afecta su uso en el desarrollo infantil?

En la era digital, los niños están rodeados de dispositivos electrónicos como teléfonos, tabletas y televisores. Aunque las pantallas pueden ser una fuente de entretenimiento y educación, su uso excesivo también genera preocupación entre los padres. Es fundamental comprender cómo afecta el uso de pantallas en el desarrollo infantil y seguir las recomendaciones de expertos para asegurar que los niños mantengan un equilibrio entre el tiempo frente a dispositivos y otras actividades importantes para su crecimiento.

¿Cómo afecta el uso en los niños?

El uso prolongado de pantallas en los niños puede tener varios efectos negativos en su desarrollo físico, mental y emocional. Entre los impactos más comunes, se encuentran:

  1. Alteraciones en el sueño: Exponer a los niños a pantallas, especialmente antes de dormir, puede afectar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, lo que provoca insomnio o dificultad para conciliar el sueño.
  2. Impacto en el desarrollo social: Los niños que pasan demasiado tiempo frente a pantallas tienen menos oportunidades para desarrollar habilidades sociales clave, como la comunicación cara a cara, la empatía y el trabajo en equipo.
  3. Afecta la visión: El tiempo prolongado frente a pantallas puede generar fatiga visual, sequedad ocular e, incluso, problemas de visión a largo plazo, como miopía.
  4. Disminuye la actividad física: El tiempo frente a pantallas a menudo reemplaza el tiempo que los niños podrían dedicar a actividades físicas, lo que contribuye a un estilo de vida sedentario y al riesgo de obesidad infantil.

¿Qué dice la OMS sobre el uso de pantallas en niños?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido recomendaciones claras sobre el uso de pantallas en niños. Según sus directrices:

  • Menores de 2 años: No deben estar expuestos a pantallas, ya que su cerebro está en una fase crítica de desarrollo y las pantallas no aportan beneficios en esta etapa.
  • Entre 2 y 5 años: Se recomienda limitar el tiempo de pantalla a una hora al día, con un contenido de calidad que fomente la interacción entre el niño y los padres.
  • A partir de los 6 años: La OMS sugiere que se mantenga un equilibrio saludable entre el tiempo frente a pantallas y otras actividades, como el juego físico y el tiempo en familia.

Estas recomendaciones son cruciales para proteger el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.

¿Qué hacen las pantallas en el cerebro de los niños?

El uso excesivo de pantallas puede tener un impacto en el desarrollo cerebral de los niños, ya que afecta áreas clave como la memoria, la atención y el control de impulsos. Algunos de los efectos más destacados son:

  1. Reducción de la concentración: La sobreexposición a pantallas, especialmente a contenido rápido y cambiante, puede disminuir la capacidad de los niños para concentrarse durante períodos prolongados en otras actividades, como el estudio o la lectura.
  2. Desarrollo emocional: Las pantallas limitan la interacción social cara a cara, lo que puede afectar la empatía y la comprensión de las emociones. Los niños necesitan tiempo para jugar con otros, resolver conflictos y aprender a expresarse adecuadamente.
  3. Adicción digital: El uso descontrolado de pantallas, especialmente en videojuegos y redes sociales, puede activar el sistema de recompensas del cerebro, similar a las adicciones a sustancias, lo que hace que los niños quieran pasar más tiempo frente a las pantallas y pierdan el interés en otras actividades.

Tips para un uso equilibrado de pantallas en los niños

  1. Establece horarios: Crea un límite diario para el uso de pantallas, dependiendo de la edad de tu hijo. Cumplir con un horario puede ayudar a evitar un uso excesivo.
  2. Contenido de calidad: Asegúrate de que los programas, aplicaciones y juegos que utilice tu hijo sean educativos y adecuados para su edad.
  3. Crea zonas libres de pantallas: Designa ciertos espacios del hogar, como el comedor o las habitaciones, como áreas sin pantallas para fomentar el tiempo en familia y el descanso.
  4. Involucra a tu hijo en actividades físicas: Promueve el juego al aire libre, la lectura, la pintura o cualquier actividad que lo mantenga alejado de las pantallas y que estimule su desarrollo.
  5. Sé un buen modelo a seguir: Limita también tu propio tiempo de pantalla. Los niños aprenden del ejemplo y es importante que vean un equilibrio saludable en su entorno.

Conclusión

Las pantallas son parte de la vida diaria, pero su uso debe ser controlado y equilibrado para garantizar que los niños tengan un desarrollo saludable. Siguiendo las recomendaciones de la OMS y estableciendo límites claros, podemos ayudar a nuestros hijos a disfrutar de la tecnología de manera segura, sin sacrificar el tiempo necesario para el juego, la interacción social y el descanso.

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